Ante las recientes amenazas del presidente Donald Trump de imponer aranceles a los productos mexicanos si no se frena la migración indocumentada, el canciller Marcelo Ebrard ha respondido con firmeza, asegurando que no habrá sorpresas ni se actuará en forma reactiva.
Ebrard ha dejado claro que México no actuará de manera unilateral ni aceptará imposiciones. En cambio, buscará una solución negociada y respetuosa de la soberanía de ambas naciones. Esta posición refleja la determinación del gobierno mexicano de abordar el problema migratorio de manera integral, sin ceder ante presiones externas.
El Secretario de Economía, quien ya tiene experiencia en negociaciones con Trump, ha reiterado que “México cumplirá con sus responsabilidades internacionales, pero sin comprometer su dignidad nacional”. Esto implica que, si bien se tomarán medidas para frenar la migración irregular, estas serán diseñadas e implementadas de acuerdo con los intereses y principios de México, sin someterse a imposiciones unilaterales.
Aunque el juego del gobierno estadounidense parece ser la amenaza permanente para obtener sus objetivos, la estrategia mexicana ha sido la respuesta firme pero mesurada, exponiendo con datos la realidad de las relaciones comerciales y humanas entre los dos países.
Un tema fundamental que ha sido reiterado por los gobiernos provenientes de Morena es la atención las causas profundas de la migración, como la pobreza, la violencia y la falta de oportunidades en los países de origen, muchas veces provocado por los gobiernos de Estados Unidos como los bloqueos económicos a Cuba y Venezuela.
La presidenta Clauda Sheinbaum estableció que México continuará respetando los derechos humanos de los migrantes y brindando la asistencia humanitaria necesaria, para lo cual se han empezado a instalar refugios para migrantes deportados por las fronteras mexicanas, a lo largo de todo el país. Además de implementar un programa para recibir a migrantes mexicanos vinculándolos con los programas sociales y servicios públicos.
El escenario parece complicado para México, quien en tan solo un día tuvo que contener a 30 mil migrantes que ya esperaban una cita concertada con el gobierno norteamericano para solicitar refugio y se les canceló sin explicación alguna.
Quizá es una oportunidad para crecer de manera distinta, impulsar la inversión nacional en ciencia y tecnología, apoyar los productos hechos en México e impulsar nuevos emprendimientos nacionales.
