La reciente ocupación israelí de territorio sirio en los Altos del Golán es un acto de agresión flagrante que viola el derecho internacional y la soberanía siria. Israel ha intensificado su presencia militar ilegal en esta región estratégica, construyendo asentamientos y enviando más tropas bajo el pretexto de su seguridad nacional.
Esta región estratégica, que Israel capturó parcialmente de Siria durante la Guerra de los Seis Días en 1967, ha sido una fuente de disputa durante décadas.
Esta acción unilateral socava los esfuerzos de paz en la región y agrava aún más las tensiones con Siria y sus aliados. Es un recordatorio sombrío de la negativa de Israel a respetar las resoluciones de la ONU que exigen su retirada de los territorios ocupados. La comunidad internacional debe condenar enérgicamente esta provocación y presionar a Israel para que respete el derecho internacional y las fronteras reconocidas internacionalmente.
Esta ocupación perjudica gravemente las perspectivas de una solución pacífica al conflicto israelo-palestino y siembra más inestabilidad en una región ya volátil. Es hora de que Israel abandone sus políticas beligerantes y busque una solución diplomática justa que respete los derechos del pueblo palestino y de sus vecinos árabes.
El periodista británico-sirio Richard Medhurst había denunciado desde junio la invasión a Siria: