Larry Ellison, el fundador de Oracle, ha canalizado decenas de millones de dólares hacia las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), financiando directamente su maquinaria bélica. En 2017, donó 16,6 millones de dólares a Amigos de las FDI, la mayor contribución individual en la historia del grupo, destinada a construir instalaciones de bienestar para reclutas en un nuevo campus de entrenamiento. Antes, en 2014, aportó 10 millones más para becas y apoyo a soldados heridos, sumando al menos 26 millones en total, según registros fiscales y reportes de prensa. Estos fondos subsidian uniformes, equipo y recreación para tropas implicadas en operaciones controvertidas en Gaza y Cisjordania, donde la ONU documenta violaciones sistemáticas de derechos humanos. Ellison justifica sus donativos como defensa de “nuestro hogar”, un eufemismo que ignora el costo palestino: miles de civiles muertos en bombardeos financiados, en parte, por su filantropía selectiva.
Esta red de apoyo militar se extiende a excavaciones arqueológicas en Jerusalén Este, financiadas por Ellison y criticadas por palestinos e israelíes pacifistas como herramientas de colonización. En 2019, sus contribuciones a proyectos en zonas ocupadas avivaron acusaciones de blanqueo étnico, con excavaciones que socavan reclamos palestinos a la tierra. La familia Ellison, con Larry al frente, ha evitado escrutinio público, pero sus donativos coinciden con contratos de Oracle con el Ministerio de Defensa israelí, valorados en cientos de millones para software de vigilancia. David Ellison, su hijo, hereda esta sombra: correos filtrados revelan su coordinación con el exjefe de las FDI, Benny Gantz, para sabotear activistas pro-BDS en EE.UU., reclutando “guerrillas digitales” contra boicots pacíficos. Tales acciones convierten la filantropía familiar en arma contra la disidencia global, priorizando lealtades sobre justicia.
El ascenso de la familia Ellison a la riqueza absoluta comienza en 1977, cuando Larry, un programador sin título universitario, cofundó Software Development Laboratories con 2.000 dólares prestados. Inspirado en un paper de IBM sobre bases de datos relacionales, creó Oracle para la CIA bajo el código “Proyecto Oracle”, un contrato inicial que lo posicionó como proveedor clave de inteligencia estadounidense. La compañía, renombrada Oracle en 1982, explotó el boom de la computación empresarial, vendiendo software a bancos y gobiernos por licencias perpetuas y soporte anual. Para 1986, al cotizar en bolsa, Ellison controlaba el 60% de las acciones; hoy, con el 40%, su fortuna supera los 393.000 millones de dólares, impulsada por el auge de la IA en 2025. Esta acumulación no fue suerte: agresivas demandas antimonopolio y despidos masivos forjaron un imperio valorado en 57.400 millones de ingresos anuales.
David Ellison, nacido en 1983, transforma esa herencia en Hollywood sin esfuerzo aparente. Con inyecciones de capital paterno, fundó Skydance Media en 2010, produciendo éxitos como “Top Gun: Maverick” y “Misión Imposible”, que generaron miles de millones en taquilla. Su fortuna personal ronda los 500 millones de dólares, derivada de equidad en Skydance y fideicomisos de Oracle, pero eclipsada por el respaldo familiar: Larry inyectó 8.000 millones para la fusión de Skydance con Paramount en 2025, creando un coloso mediático con CBS, MTV y derechos de UFC. Esta maniobra no es meritocracia; es nepotismo codificado como visión empresarial, donde el hijo hereda no solo dinero, sino acceso a redes que el común mortal ignora. La familia acumula poder vertical: de datos a entretenimiento, controlando narrativas globales sin rendir cuentas.
En el gabinete de Trump, la huella Ellison se ve en nombramientos como el de Safra Catz, CEO de Oracle, como secretaria de Comercio, facilitando tratos que benefician a la firma en nubes computacionales para defensa. Larry colaboró con la Heritage Foundation en bases de datos para reclutar leales a Trump, filtrando perfiles para roles clave en eficiencia gubernamental. David, pese a donar 100.000 dólares a demócratas en 2024, se alinea ahora: asiste a combates de UFC con Trump y nombra a Bari Weiss, pro-Israel fanática, como editora de CBS News, sesgando coberturas sobre Gaza. Esta dupla familiar no solo financia; infiltra, convirtiendo medios en megáfonos de agendas trumpianas e israelíes.
La fortuna Ellison, nacida de contratos con agencias de espionaje, cierra el ciclo al privatizar el control informativo. Oracle, con su origen en la CIA, ahora maneja datos de TikTok bajo tutela trumpista, potencialmente sesgando algoritmos contra voces pro-palestinas, como Ellison impulsó contra BDS. Larry, ateo autoproclamado, defiende Israel por su “espíritu innovador”, ignorando que sus donativos arman bombas que caen en escuelas. David, el heredero, produce “Red Alert”, un drama sobre el 7 de octubre que glorifica a las FDI. Nada es casual.

