El ataque del gobierno de EEUU a las instalaciones nucleares de Irán confirma el sometimiento del presidente Trump al lobby judío por encima de los intereses del pueblo norteamericano. Se trató de un bombardeo de 90 toneladas de explosivos en menos de cinco minutos, dejando una estela de destrucción como nunca en el territorio persa, cumpliendo un anhelo soñado para Benjami Netanyahu.
Las consecuencias, si bien hoy parecen mantenerse en Medio Oriente, seguramente irán más allá del ataque a la base militar norteamericana en Qatar, pues se trata de la intervención militar más profunda desde la guerra con Irák y Afganistán y remueve el sentimiento antisionista y antiamericano en el mundo.
La paradoja es que, por un lado, la base trumpista en MAGA se pronunció en contra de esta intervención, principalmente desde la voz del vicepresidente JD Vance y la misma directora nacional de inteligencia Tulsi Gabbard, quien aseguró apenas en marzo pasado que la república Iraní no estaba construyendo un arma nuclear, y por otro, el gobierno de los Ayatolas aseguró que el uranio enriquecido había sido retirado de las instalaciones atacadas con anterioridad.
Incluso Steve Bannon, ideólogo del trumpismo se pronunció en contra del ataque y cuestionó la intervención militar en un contexto de conflicto interno en su país que podría tomar una dirección peligrosa que solo beneficia a Israel y deja al pueblo norteamericano en la mira del mundo islámico y con el recuerdo del ataque a las torres gemelas.
El hecho de privilegiar el interés de Israel y poner nuevamente en la mira del terrorismo goblal a la potencia mundial es una decisión que el gobierno de Trump tendrá que afrontar al interior, pues de acuerdo con The Economist el 54% de los votantes está en desacuerdo con sus acciones y 60 % directamente desaprueba su intervención en Medio Oriente.
En las próximas semanas veremos la intensidad de la respuesta de Irán a los Estados Unidos e Israel, sin embargo, la expectativa de un ataque directo es peligrosa y seguramente no dejará dormir a los encargados de la seguridad nacional.