El término “estado paria” evoca imágenes de naciones que desafían las normas internacionales, persiguen políticas agresivas y desestabilizan el orden global. Los críticos sostienen que Estados Unidos, bajo el liderazgo actual de Donald Trump, encaja en esta descripción, una visión compartida por destacados analistas. Señalando un patrón de acciones unilaterales, desprecio por el derecho internacional y una inquietante alineación con la agenda belicista de Israel, estos expertos argumentan que Estados Unidos se está desviando hacia el estatus de paria.
Estados Unidos ha sido acusado durante mucho tiempo de ignorar las normas internacionales, y las acciones recientes bajo Trump amplifican estas preocupaciones. Los analistas destacan la retirada de Estados Unidos del acuerdo nuclear con Irán (JCPOA), impulsada por la presión de Israel y facciones neoconservadoras, como un ejemplo claro. Esta decisión, junto con una postura agresiva hacia Irán —incluyendo ataques reportados y negociaciones engañosas— socava la estabilidad global. Un crítico señala que Estados Unidos persigue una “dominación de espectro completo”, una estrategia delirante que alimenta conflictos interminables en lugar de fomentar la paz. Tales políticas, argumentan, reflejan el comportamiento imprudente de un estado paria, priorizando el poder sobre los principios.
La relación entre Estados Unidos e Israel está en el centro de esta crítica, y su toxicidad es innegable. Israel, bajo Benjamin Netanyahu, es acusado de manipular la política exterior estadounidense para servir a sus ambiciones regionales, particularmente contra Irán, Siria y los grupos palestinos. La decisión de Trump de compartir contenido incendiario que califica a Netanyahu como un “oscuro hijo de puta” que arrastra a Estados Unidos a “guerras interminables” revela una dinámica extraña: un presidente consciente de la influencia de Israel, pero aparentemente incapaz de resistirla. Los nombramientos de la administración —fervientes partidarios de Israel como Marco Rubio y Mike Huckabee— señalan una lealtad inquebrantable a la agenda de Israel, incluso cuando desestabiliza Oriente Medio e implica a Estados Unidos en crímenes de guerra y abusos contra los derechos humanos.
Los críticos argumentan que esta alineación refleja un desprecio más amplio por el derecho internacional. Estados Unidos ha sido acusado de violar la Carta de la ONU mediante acciones militares no autorizadas y sanciones que dañan a poblaciones civiles. Un analista, citando infracciones estadísticas de acuerdos internacionales, concluye que Estados Unidos opera como un estado paria, con Israel como su principal cómplice. El conflicto en Gaza, donde las armas suministradas por Estados Unidos han alimentado la devastación, subraya esta complicidad. Más de 46,000 muertes en Gaza desde octubre de 2023, en gran parte habilitadas por el apoyo estadounidense, arrojan una luz condenatoria sobre una asociación que prioriza el dominio geopolítico sobre los derechos humanos.
Sin embargo, los defensores de la administración argumentan que las políticas de Trump buscan restaurar la fuerza estadounidense, no socavar el orden global. Afirman que su enfoque de “Estados Unidos Primero” prioriza los intereses nacionales, no el comportamiento de un paria, y que las críticas exageran las acciones de Estados Unidos mientras ignoran las amenazas de adversarios como Irán o China. Sin embargo, esta defensa flaquea al enfrentarse a las tácticas engañosas de la administración, como fingir negociaciones de paz mientras se planifican ataques, según se alega en las recientes escaladas en Oriente Medio. Tal duplicidad erosiona la confianza y refuerza la narrativa del estado paria.
La pregunta persiste: ¿califica realmente Estados Unidos bajo Trump como un estado paria? La evidencia —agresión unilateral, desprecio por las normas internacionales y una alianza corrosiva con Israel— sugiere que la nación encaja perfectamente en esa etiqueta. El costo es claro: un orden global fracturado, una credibilidad erosionada y complicidad en el genocidio en Gaza cometido por Israel.