Kari Lake es una polémica conservadora cristiana que hizo su carrera como presentadora de televisión, dando el clima en un canal local afiliado a FOX en Phoenix, Arizona, desde donde negó el triunfo de Joe Biden en 2020.
La posible embajadora de Estados Unidos en México en el próximo gobierno de Trump ha demostrado tener los valores de Marx, pero de Groucho Marx, pues si no gustan, los cambia sin problema. Así ha pasado de tener un registro de republicana a independiente(2006), más tarde cambio a demócrata(2008) y luego nuevamente a republicana (2012). Y en 2021, se afilió también al negacionismo, pues siendo candidata a gobernadora de Arizona, organizó manifestaciones contra el uso del cubrebocas frente a la universidad estatal.
En 2024 fue candidata al senado y perdió frente al demócrata Rubén Gallego, primero senador latino de Arizona, pero ayudó al triunfo de Trump frente a Kamala en ese estado.
Una creyente de la teoría del QAnon que se describe a sí misma como la pesadilla de las “fake news” (sic) podría ser embajadora de Estados Unidos en México y su perfil radicalmente distinto al de la Presidenta Sheinbaum seguramente sacará chispas desde el primer día.
De confirmarse ese nombramiento se avecina una tormenta de dimensiones catastróficas en la relación bilateral, un enfrentamiento permanente por la migración, el fentanilo y la “seguridad nacional” de Estados Unidos y un alejamiento de los puntos de encuentro históricos entre dos países cuya imbricación los hacen indisociables.
La diplomacia negacionista promete desmentir cualquier narrativa que no pase por la casa blanca y polarizar una relación de por sí complicada. Se requerirá de más que razones científicas para mantener los acuerdos comerciales.