La reciente filtración accidental de un plan militar por Pete Hegseth, Secretario de Defensa de Estados Unidos, a Jeffrey Goldberg, editor en jefe de The Atlantic, alerta sobre la ineptitud del actual gabinete de Donald Trump.
Goldberg fue incluido accidentalmente en un chat de Signal por Michael Waltz, asesor de seguridad, en el que se hablaba de ataques aéreos contra los rebeldes hutíes de Yemen. El chat reveló detalles operativos y un tono informal, lo que generó inquietud sobre la seguridad operativa (OPSEC) y el cumplimiento del protocolo. La administración minimizó la filtración, alegando que no se comprometió ningún dato clasificado y señalando el éxito de los ataques, pero los críticos la calificaron de grave fallo de seguridad, que podría violar las leyes federales.
La administración Trump en 2025, en su segundo mandato, ha nombrado un gabinete basado en gran medida en la lealtad, en lugar de la experiencia tradicional, con figuras como el mismo Walz, además de Pete Hegseth, Secretario de Defensa; Tulsi Gabbard, Directora de Inteligencia Nacional; y J.D. Vance, Vicepresidente. Estos individuos se alinean a la agenda MAGA de Trump, pero carecen de la amplia experiencia gubernamental o ejecutiva de nombramientos anteriores en puestos similares.
Los críticos señalan esto como una posible debilidad en la gestión de complejos aparatos de seguridad nacional y defensa.
La filtración sugiere inexperiencia de varias maneras: el uso de una aplicación insegura como Signal en lugar de sistemas clasificados, la falta de verificación de los participantes del chat y un enfoque laxo en conversaciones sensibles indican una falta de familiaridad con los estándares de seguridad nacional. El error de Waltz y la confianza prematura de Hegseth en su OPSEC reflejan errores de juicio que funcionarios experimentados podrían haber evitado. Sin embargo, quienes defienden la situación argumentan que la experiencia no garantiza la competencia —citando escándalos pasados como los correos electrónicos de Clinton— y que la experiencia militar proporciona cierta experiencia relevante, presentando el incidente como un pequeño paso en falso en lugar de un fallo sistémico.
Este evento se enmarca en un patrón más amplio de tropiezos iniciales en 2025, incluyendo publicaciones accidentales de datos y cambios de política precipitados, lo que sugiere que el equipo aún está encontrando su equilibrio. La filosofía de Trump de “moverse rápido y romper cosas”, adoptada por sus designados, prioriza la acción sobre la cautela, lo que choca con las meticulosas exigencias del trabajo militar y de inteligencia. Si bien las administraciones anteriores se enfrentaron a filtraciones, rara vez fueron autoinfligidas como esta, lo que indica una combinación única de inexperiencia y transgresión intencional de las normas en el estilo de gobierno de Trump.
Las reacciones del público y de los aliados subrayan la gravedad del incidente: una encuesta de YouGov del 25 de marzo de 2025 mostró que el 74 % de los estadounidenses considera la filtración como grave, y aliados como el Reino Unido expresan una preocupación moderada.