El futuro de la economía mexicana para 2025 se presenta con un panorama de “luces y sombras”, marcado por signos contradictorios y una considerable incertidumbre. Si bien existen algunos indicadores positivos que podrían ser temporales, predominan las preocupaciones sobre una posible acentuación de tendencias negativas.
Indicadores Preocupantes y Riesgos Latentes:
Bajo Crecimiento Económico: El primer trimestre de 2025 registró un crecimiento económico de solo 0.9%, y un 0.6% interanual. Algunos cálculos sugieren que la economía podría crecer apenas un 0.3% en todo 2025, debido a expectativas pesimistas para los próximos meses.
Caída de la Inversión: A pesar de un anuncio gubernamental sobre un flujo récord de Inversión Extranjera Directa (IED) en el primer trimestre de 2025, cifras del Banco de México indican una disminución de 5.6 mil millones de dólares (22%) en los flujos de IED en comparación con el mismo periodo de 2024. Aunque las nuevas inversiones crecieron un 80%, la reinversión de utilidades y las cuentas entre compañías disminuyeron. Esto podría indicar la llegada de nuevas empresas o ampliaciones, pero también que otras compañías han frenado su expansión. Además, la inversión total disminuyó un 6% en el primer bimestre del año, con una caída drástica del 24% en la inversión pública y del 5.2% en la privada nacional.
Fuga de Capitales: Se registró una salida de inversiones en cartera de casi 2 mil 500 millones de dólares en el primer trimestre de 2025, mayoritariamente de mexicanos (75%), debido principalmente a la disminución de las tasas de interés en México.
Debilidad Industrial y de Servicios: Las actividades secundarias (industria) y terciarias (servicios) mostraron una leve caída en el primer trimestre de 2025.
Deterioro del Empleo: En marzo de 2025, se redujeron casi 30 mil puestos de trabajo en la industria manufacturera en comparación con marzo de 2024, acumulando 26 meses consecutivos de caídas, especialmente en prendas de vestir, textiles y la industria automotriz.
Industria Maquiladora. La industria maquiladora de exportación también vio disminuciones en personal ocupado (0.41% anual) y horas trabajadas (1.37% anual). Las remuneraciones reales cayeron 0.87% en marzo, aunque aún muestran un aumento anual del 5%. De mantenerse las tendencias adversas, se afectarían aún más los niveles de empleo y las remuneraciones podrían disminuir a lo largo del año.
Señales Positivas y Potenciales Oportunidades:
Nuevas Inversiones Extranjeras: A pesar de la caída en el flujo general de IED, las nuevas inversiones crecieron significativamente en el primer trimestre de 2025.
Crecimiento de Exportaciones No Petroleras: Las exportaciones mexicanas crecieron casi un 6% interanual en abril, destacando las no petroleras. Es notable que las exportaciones destinadas al resto del mundo crecieron casi un 12%, más que las dirigidas a Estados Unidos (5.7%). Sectores como maquinaria y equipo para industrias (62.5%) y equipo profesional y científico (18.5%) mostraron un fuerte aumento, aunque las exportaciones automotrices cayeron. Esta diversificación podría ser un cambio beneficioso.
Leve Recuperación de la Construcción: En marzo, el valor de la industria de la construcción aumentó un 0.7%, rompiendo 8 meses de saldos negativos, impulsado por inversiones en carreteras y ferrocarriles. Esto podría indicar una reactivación de la inversión pública.
Consumo Resiliente: Las ventas al menudeo aumentaron un 2% interanual en el primer trimestre de 2025, manteniendo una tendencia positiva desde enero de 2024.
Cautela y Necesidad de Acción Gubernamental
En general, el balance general de estos indicadores “no es muy alentador” y la incertidumbre mundial, exacerbada por las políticas de Estados Unidos, está frenando el desarrollo de México. Existe una “tendencia todavía precoz” de que la expansión de algunas ramas manufactureras pueda compensar las caídas de la industria automotriz, pero si los factores adversos se mantienen o incrementan, “la economía en su conjunto se hundirá en niveles difíciles de predecir”.
No es posible confiar únicamente en la atracción de inversión extranjera ni en tendencias no confirmadas. Para evitar una “debacle”, la conducción de la política económica “puede y debe ser más firme y progresiva”. Esto implica:
1. Acelerar la inversión pública: Especialmente para reactivar la industria de la construcción y en sectores como vivienda, clínicas, escuelas, obras de agua y riego, y la expansión de electricidad y telecomunicaciones.
2. Evitar políticas de austeridad restrictivas: No limitar el gasto corriente ni contener salarios o mejoras laborales (como la semana de 40 horas y la revisión de pensiones).
3. Discutir y financiar reformas clave: Abordar la reforma fiscal, las transferencias monetarias, planes de salud y educación, y el financiamiento para micro, pequeñas y medianas empresas. El “Plan México” requiere recursos para hacerse realidad.
En resumen, el futuro económico de México en 2025 es incierto y pende de la capacidad de fortalecer las tendencias positivas incipientes y, crucialmente, de la implementación de políticas gubernamentales proactivas y expansivas para contrarrestar los factores adversos y estimular el crecimiento y el empleo.