Existen acusaciones creíbles y documentadas contra Robert Prevost, ahora convertido en el Papa León XIV, por presunto encubrimiento de abusos sexuales de menores, tanto en la diócesis de Chiclayo, Perú, como en la de Chicago, en Estados Unidos.
Los señalamientos están respaldados por testimonios de víctimas, reportes periodísticos y denuncias formales ante el Vaticano. Las acusaciones en EU, aunque menos detalladas, también provienen de fuentes confiables como la organización Survivors Network of those Abused by Priests (SNAP).
El encubrimiento de casos de abuso sexual de menores por parte de sacerdotes durante su carrera eclesiástica, abarca su tiempo como obispo de Chiclayo, Perú (2014-2023), y como superior de la orden agustiniana en Estados Unidos.
Dado el contexto de un cónclave reciente y la sensibilidad del tema, las acusaciones han ganado tracción en medios y redes sociales. La falta de transparencia en los procesos eclesiásticos y la polarización entre facciones conservadoras y progresistas complican la evaluación objetiva de los hechos.
En abril de 2022, tres mujeres, identificadas como Ana María Quispe y sus hermanas, denunciaron ante Prevost abusos sexuales cometidos por los sacerdotes Eleuterio Vásquez Gonzáles y Ricardo Yesquén Paiva cuando eran menores (9, 11 y 14 años) entre 1997 y 2007. Según las víctimas, Prevost no abrió una investigación canónica adecuada, no aplicó medidas cautelares efectivas y minimizó los casos, enviando un expediente insuficiente al Dicasterio para la Doctrina de la Fe, que archivó el caso en 2023 por prescripción y falta de pruebas.
SNAP denunció a Prevost en 2025 ante el Vaticano, alegando que, como superior de los agustinos, permitió que el sacerdote James Ray, acusado de 13 casos de abuso sexual infantil, permaneciera en ministerios cercanos a menores sin informar a las autoridades civiles.