Donald Trump y Jeffrey Epstein compartieron años de fiestas y tratos en Nueva York. Trump lo llamó amigo cercano en 2002, voló en su jet y visitó su mansión. Emails liberados esta semana muestran a Epstein afirmando que Trump sabía de las chicas menores. Trump pasó horas allí con una víctima, según los mensajes. Esto no es rumor: son documentos del Congreso. La Casa Blanca lo llama “ataque sucio”, pero ignora el patrón de silencio.
Los emails de noviembre de 2025 revelan a Epstein como consejero de élites. Mencionó a Trump decenas de veces en intercambios privados. Epstein escribió que Trump conocía su operación de tráfico sexual. Incluye detalles de reuniones en Mar-a-Lago y favores mutuos. No hay negación real de Trump, solo desvíos. Esto expone cómo el poder protege a los suyos, incluso en la presidencia.
Epstein operaba una red de chantaje con cámaras ocultas en su isla. Sus lazos con Israel van más allá de visitas: era un activo de inteligencia. Robert Maxwell, padre de Ghislaine, era agente del Mossad, enterrado con honores en Jerusalén. Epstein heredó esa red para atrapar a líderes mundiales. Usaba menores para grabar compromisos políticos. Esto servía a agendas israelíes en Washington.
Ehud Barak, ex primer ministro israelí, visitó a Epstein 36 veces entre 2013 y 2017. Emails hackeados este año muestran a Epstein negociando ventas de spyware Pegasus para Barak. Barak pedía favores a Clinton vía Epstein para indultar a un espía Mossad. Se reunieron mensualmente en 2016, discutiendo Irán y Siria. Barak niega abusos, pero admite las visitas. Esto es influencia directa en política exterior de EU.
Shimon Peres presentó a Barak a Epstein en los 90. Peres, otro ex premier, usó fondos de Epstein para causas pro-Israel. Ehud Olmert, tercer premier ligado, aparece en listas de asociados de Epstein en las Islas Vírgenes. Netanyahu compartió un artículo esta semana sugiriendo lazos de Epstein con inteligencia israelí. Cuatro primeros ministros enredados: no es coincidencia, es un patrón de control.
Trump prometió liberar todos los archivos de Epstein en campaña. Ahora, como presidente, los bloquea. Congresistas como Burchett y Massie dicen que es para proteger a Israel. Trump ataca a republicanos que piden transparencia, como Greene y Massie, por criticar ayuda ilimitada a Tel Aviv. Envía miles de millones a Netanyahu mientras Gaza sufre. Esto prioriza lealtades extranjeras sobre justicia americana.
La red Epstein-Israel moldea la política de EU hacia Medio Oriente. Epstein aconsejaba a Bannon y Barak sobre guerras en Siria e Irán, siempre hawkish. Sus emails promueven ventas de armas y ciberespionaje israelí. Trump sigue esa línea: más fondos para bombas, menos para verdad. Esto debilita la soberanía americana, convirtiendo a Washington en peón de Tel Aviv.
Exigimos los archivos completos ahora. Trump debe elegir: América o sus deudas ocultas. La opacidad protege pedófilos y espías, no votantes. Si ignora esto, pierde credibilidad. La gente ve los lazos: Epstein no era solo un rico sucio, era una herramienta geopolítica. Hora de romper el ciclo, o el establishment gana de nuevo.

