El magnate sudafricano a través del Departamento para la Eficiencia Gubernamental (DOGE, en inglés) y argumentando estar a favor del interés del pueblo, está destruyendo instituciones emblemáticas del Estado Norteamericano, recortando recursos financieros y humanos a Agencias que no solo defendían a distintos sectores de la población sino que alimentaban diversas causas (muchas cuestionables) en todo el mundo, como la Agencia de Cooperación USAID, la Agencia de Investigación CIA, la Oficina de Protección al Consumidor o el departamento de salud.
En apenas 2 semanas de gobierno el magnate presume a los medios haber “ahorrado” 70 mil millones de dólares y pretende alcanzar 1 billón en recortes.
El objetivo de Elon Musk es reducir la administración pública a su mínima expresión, sustituyendo a funcionarios en la medida posible con inteligencia artificial, así propone recortes de 10 mil (de 14 mil) empleados en el departamento de Trabajo, 39 mil (de 88 mil) en Salud, 44 mil menos en comercio y así en todas las dependencias con excepción de Defensa, Seguridad Nacional e Inmigración.
Para ello, el presidente Trump firmó una orden ejecutiva obligando a todos los funcionarios a elaborar planes de recortes a gran escala a la plantilla de trabajadores, estableciendo que será DOGE y Elon Musk quien aprobará las futuras contrataciones, señalando que por cada cuatro que se vayan solo se podrá contratar a una persona.
Los efectos de la destrucción de las capacidades estatales para la provisión de bienes públicos serán desastrosos y seguramente generarán mucha resistencia en la población.
