De acuerdo con CNN aviones espías del ejército de Estados Unidos ha aumentado significativamente la vigilancia sobre México, lo que supone un cambio radical que tiene como objetivo el combate a los cárteles mexicanos de droga, las rutas de fentanilo y una potencial intervención directa.
Aunque aparentemente, desde hace algunos meses la DEA ha aumentado la vigilancia al Cártel de Sinaloa y al Cártel Jalisco Nueva Generación, los sobrevuelos en el Mar de Cortés se multiplicaron en enero, encendiendo las alertas sobre un potencial ataque aéreo a Sinaloa, Sonora o Baja California, lo que tendría un alto costo en las relaciones bilaterales.
La designación de los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas además de la potencial intervención, tiene un efecto de ataques vía inteligencia financiera que supondrá el cierre y levantamiento de sanciones a empresas vinculadas con el crimen en México y EE.UU.
La Presidenta ha sido muy enfática en la importancia de trabajar de manera coordinada, pero una intervención unilateral cancelaría cualquier posibilidad de colaboración franca y seguramente no atendería al objetivo final de eliminar los cárteles detonando un espiral de violencia en México.
Al contrario de lo que se piensa desde el pentágono, que quizá actúe por sí mismo debido a la desconfianza de las autoridades mexicanas, “eliminar de la faz de la tierra” a los cárteles generaría una serie de daños colaterales y repudio al gobierno estadounidense a una escala masiva.
