Las élites de izquierda, al conquistar el poder, a menudo sucumben a los mismos lujos que condenan en la derecha, traicionando sus promesas de austeridad. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, lo ha criticado en su conferencia mañanera.
El reciente escándalo de Andy López Beltrán, hijo del expresidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, captado saliendo de una tienda Prada en Tokio y hospedado en un hotel de cinco estrellas, es un ejemplo. Este episodio, junto con la controversia de su hermano José Ramón anteriormente viviendo en una mansión en Houston, evidencia una desconexión abismal entre el discurso de humildad de Morena y las acciones de sus figuras clave.
La psicología del poder explica esta contradicción: el acceso a privilegios corroe la empatía y normaliza el lujo como una “recompensa” por la lucha, según estudios como los de Dacher Keltner.
No es un fenómeno exclusivo de México. En Argentina, el “Vacunatorio VIP” del gobierno peronista de Alberto Fernández reveló cómo funcionarios de izquierda se beneficiaron de privilegios en plena pandemia, mientras en Venezuela los “bolichicos” chavistas ostentan riquezas en el extranjero, contradiciendo la retórica socialista.
Estos casos reflejan una verdad incómoda: las élites de izquierda, al integrarse al sistema capitalista, adoptan sus códigos de consumo y estatus, diluyendo sus ideales. La socialización en entornos de poder, como señala la psicología cultural, los lleva a asimilar los valores de las élites globales, desde jets privados hasta boutiques de lujo.
La izquierda en el poder enfrenta un dilema existencial: ¿cómo transformar un sistema al que termina sirviendo? La falta de autocrítica interna perpetúa estas contradicciones, estigmatizando el disenso como traición. Sin mecanismos robustos de rendición de cuentas, las élites de izquierda seguirán cayendo en la hipocresía, erosionando la confianza en sus proyectos.
El caso de López Beltrán no es solo un escándalo; es un recordatorio de que el poder seduce a todos, sin importar el color ideológico.