El exespecialista del Estado Mayor Presidencial (EMP), Rubén Darío Morales García, fue capturado y deportado a Guatemala por el asesinato de Monseñor Juan Gerardi, ocurrido el 26 de abril de 1998. Morales era el único implicado en el caso con orden de captura vigente, lo que reaviva la esperanza de justicia en el crimen político más emblemático de la historia reciente de Guatemala.
El asesinato de Gerardi, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Guatemala, ocurrió dos días después de que presentara el informe Guatemala: Nunca Más, que documentaba violaciones a los derechos humanos durante el conflicto armado interno. En 2001, tres militares –el coronel Byron Disrael Lima Estrada, su hijo, el capitán Byron Lima Oliva, y el especialista José Obdulio Villanueva– junto con el sacerdote Mario Orantes, fueron condenados por el crimen. Sin embargo, persisten dudas sobre la identificación de los autores intelectuales.
La detención de Morales García, reportada en un video de la cuenta de TikTok @quorumgt, podría representar un avance significativo. Como miembro operativo del EMP en 1998, Morales podría aportar información sobre la participación de esta institución, señalada por su rol en operaciones de inteligencia y represión durante el conflicto. No obstante, expertos advierten que, dado su probable rol como ejecutor de bajo rango, su captura podría no esclarecer la cadena de mando detrás del asesinato.
El contexto político actual, bajo el gobierno de Bernardo Arévalo, quien ha promovido una agenda contra la impunidad, sugiere que esta captura podría ser un esfuerzo por fortalecer la credibilidad del sistema judicial. Sin embargo, el historial de irregularidades en el caso Gerardi, incluyendo la manipulación de testigos y la falta de protección a involucrados, genera escepticismo sobre el impacto real de esta detención.
Organizaciones de derechos humanos instan a que la investigación sea transparente y exhaustiva, para evitar que la captura de Morales se convierta en un gesto simbólico. “Es un paso, pero no basta. Necesitamos llegar a los autores intelectuales y garantizar la seguridad de quienes participan en el proceso”, señaló un representante de la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado.
El caso Gerardi sigue siendo un símbolo de la lucha contra la impunidad en Guatemala. La captura de Morales García abre una nueva oportunidad para buscar la verdad.