La tensión diplomática entre los presidentes Donald Trump de Estados Unidos y Gustavo Petro de Colombia ha escalado drásticamente, luego de que el mandatario estadounidense anunciara la suspensión total de los pagos y subsidios de EE. UU. a Colombia, acusando a Petro de “no hacer nada para detener” la producción de drogas y descalificándolo personalmente como “líder de la droga ilegal”.
Uno de los puntos de mayor fricción que precipitó la escalada fue la contundente declaración de Gustavo Petro en Nueva York, durante su visita para la Asamblea General de la ONU. El presidente colombiano se dirigió a una multitud de manifestantes y, en un acto calificado como “incendiario” por la administración Trump, hizo un llamado directo a los militares estadounidenses:
Petro instó a los soldados estadounidenses a “no apuntar sus armas a civiles inocentes” y a “desobedecer las órdenes” del presidente Donald Trump.
Esta declaración, interpretada por el Departamento de Estado de EE. UU. como un llamado a la “desobediencia” e “incitación a la violencia”, tuvo una consecuencia inmediata: la revocación del visado de Petro
El presidente Trump utilizó su plataforma de redes sociales para calificar a Gustavo Petro como “un líder de la droga ilegal” con “una boca fresca hacia Estados Unidos”, y advirtió que si Petro no cierra las operaciones de drogas, “Estados Unidos las cerrará por él, y no se hará amablemente”.
Esta advertencia y la orden de corte inmediato de la asistencia económica se suman a previas acciones de la administración Trump, como la descertificación parcial de Colombia en la lucha antidrogas.
Gustavo Petro ha respondido enfáticamente a las acusaciones, negando ser un narcotraficante y defendiendo su historial de lucha contra las drogas, señalando que “El principal enemigo que tuvo el narcotráfico en Colombia, fue en el siglo XXI, el que le descubrió sus relaciones con el poder político de Colombia. Ese fui yo”. El presidente colombiano ha calificado a Trump de “grosero e ignorante hacia Colombia” y lo ha instado a “leer bien a Colombia”.
Una escalada que eleva el nivel de confrontación de Trump con Latinoamerica y pone en riesgo la estabilidad política de la región, lo que paralelamente aumenta la movilización interna en Estados Unidos.

