Heredero de una fortuna familiar que multiplicó con el apoyo de los recursos públicos que ahora dice no haber recibido, es famoso por no tener escrúpulos para hacer negocios pasando encima de los demás y por no querer pagar la fortuna que debe de impuestos ha iniciado una campaña contra Morena y la Presidenta Sheinbaum cuyo relato muestra que tiene más hígado que contenido.
Su fortuna está ligada a los gobiernos neoliberales que además de concesiones públicas de televisión y otros negocios le condonaban el pago de impuestos cada año, lo que le facilitó un crecimiento en su negocio minorista de usura legalizada conocido como Elektra.
El adeudo fiscal de Grupo Salinas con el SAT es un conflicto que se remonta a 2008 y se ha prolongado por más de 16 años. La cifra de la deuda ha fluctuado en los informes, reflejando su crecimiento debido a la acumulación de recargos e inflación a lo largo del tiempo. Inicialmente se hablaba de una omisión de 38 mil millones de pesos, que con recargos ascendía a más de 53 mil millones. En marzo de 2024, el gobierno federal comunicó que la deuda total era de 63 mil millones de pesos. Más recientemente, la cifra ha escalado a 74 mil millones de pesos, según la Procuradora Fiscal de la Federación. Esta discrepancia en las cifras se debe a que el monto reclamado incluye el adeudo principal, así como las multas, intereses y actualizaciones acumuladas por la larga dilación en los tribunales
Grupo Salinas ha adoptado una postura de defensa enérgica, tanto en los tribunales como en el ámbito público. La empresa califica los cobros como “abusivos e ilegales” y sostiene que se tratan de “cobros dobles” y ha emprendido una estrategia dilatoria imponiendo todos los recursos legales posibles para hacer interminable el juicio. El caso que data de 2008, ha sido objeto de más de 29 juicios y recursos diversos.
El caso de Ricardo Salinas Pliego se erige como el ejemplo más claro de la ruptura de un “pacto” histórico entre el gobierno mexicano y las grandes corporaciones, donde el favor político y los beneficios fiscales eran parte de la dinámica de poder. La administración actual ha hecho de la lucha contra estos privilegios una de sus banderas principales, lo que convierte a Salinas Pliego en el antagonista de esta nueva era política. Esta confrontación, expuesta a través de la publicación de expedientes y los constantes intercambios en redes sociales, muestra que el caso no se limita a un tribunal, sino que es una lucha por la narrativa, con el gobierno buscando legitimar sus políticas fiscales y Salinas Pliego defendiendo su reputación y su modelo de negocio.
Sin embargo, en la última semana inició una movilización mediática que desafía al Estado Mexicano e incluso se coloca como posible candidato a la Presidencia en 2030, lo que no parece una buena estrategia para sus negocios como recientemente demostró Elon Musk.
Sus recientes declaraciones muestran una visión autoritaria, empresarial y con nulo interés por el pueblo, por lo que la simple exposición masiva de su discurso antipolítica es un peligro para un país en donde el pueblo apenas se da cuenta de su capacidad en el gobierno.