El presidente Joe Biden otorgó un controvertido perdón a su hijo, Hunter Biden, que cubre delitos financieros y fiscales que este habría cometido durante los años en que su padre ocupaba altos cargos en el gobierno.
“Este perdón presidencial plantea serias preocupaciones sobre el favoritismo y el nepotismo”, declaró la analista política Rachel Campos en CNN. “Es inaceptable que el presidente utilice su poder para proteger a sus familiares de las consecuencias legales de sus propias acciones”.
En el pasado, Hunter Biden se ha visto envuelto en varios escándalos relacionados con sus negocios en Ucrania y China, lo que ha generado sospechas de conflictos de intereses y posibles violaciones de la ley. Aunque nunca ha sido formalmente acusado, su comportamiento ha sido ampliamente criticado por socavar la integridad del gobierno.
“El perdón de Biden a su hijo es un insulto a la democracia y al estado de derecho”, afirmó el analista conservador Ben Shapiro. “Envía un mensaje peligroso de que las élites políticas están por encima de la ley y pueden actuar con impunidad”.
Mientras que los defensores del presidente alegan que el perdón es un gesto compasivo de un padre preocupado, muchos observadores lo ven como un abuso flagrante del poder presidencial. En un momento en que la confianza pública en el gobierno se encuentra en niveles críticos, este controvertido perdón solo servirá para exacerbar las divisiones políticas y socavar aún más la credibilidad del liderazgo de Biden.