Los ataques del 9/11 en Estados Unidos generaron brotes expresivos en la cultura popular. Destacamos ahora tres:
- Después de los ataques del 9/11, la compra de un Hummer se convirtió en una acción patriótica. General Motors (GM) animó a sus 150 concesionarios de Hummer a invertir millones de dólares en la construcción de salas de exposición que parecían chozas Quonset. El H2, la versión de consumo del Hummer, se comercializó después de los ataques del 11 de septiembre. Se promocionó como un vehículo que implicaba la existencia de una amenaza externa. Las Hummer son camionetas famosas por su tamaño, capacidad todoterreno y consumo de combustible. Originalmente fueron diseñadas para el ejército.
- El Universo Marvel, al igual que el resto del cine de superhéroes, se convirtió en un reflejo distorsionado de los miedos y ansiedades colectivas. En lugar de ofrecer un escape de la realidad, estas películas parecen recrear incansablemente los horrores de aquel día fatídico. Es como si la devastación fuera la verdadera estrella, mientras que los superhéroes son meros peones en esta danza macabra de caos y ruina. Detrás de las grandilocuentes batallas entre el bien y el mal, se esconde un intento desesperado por reescribir el trauma del 9/11 en la psique estadounidense. Las películas ofrecen una fantasía reconfortante donde Estados Unidos siempre sale victorioso, sus ciudades renacen de las cenizas y el orden se restaura.
- Estados Unidos se disfrazó del Batman de Christopher Nolan y Ciudad Gótica fue el planeta. The Dark Knight es una metáfora que respalda las acciones militares estadounidenses e israelíes post 9/11. A través de la cinematografía, el diálogo, el sonido y el desarrollo de personajes, la cinta argumenta que el estado de excepción está justificado para proteger a la sociedad de los terroristas. La película incorpora imágenes reminiscentes de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Además, se inspira en los abusos contra detenidos que salieron a la luz en 2004 en lugares como la bahía de Guantánamo, la base aérea de Bagram y la prisión de Abu Ghraib en Irak. En cuanto a las políticas antiterroristas, The Dark Knight retrata tres medidas asociadas con la administración Bush: la entrega extraordinaria de presuntos terroristas a terceros países, los interrogatorios coercitivos y la vigilancia masiva. Sin embargo, hay quienes sostienen que las representaciones de estas acciones en el filme no deben interpretarse como un respaldo a las decisiones del gobierno estadounidense de aquel entonces.